El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, visitará México y participará en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se realizará el próximo 18 de septiembre en la Ciudad de México.
La primera vez que el presidente cubano visitó México fue en 2018, cuando asistió a la toma de posesión de López Obrador, luego en 2019 realizó una visita oficial, por lo que será la tercera vez que visite el país.
El canciller Marcelo Ebrard dijo hace unos días que el tema central de la CELAC será la propuesta que Latinoamérica presentará en 2020 a Estados Unidos y Canadá para reformar o sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Apenas el 24 de julio, López Obrador consideró que Cuba “merece ser declarada patrimonio de la humanidad” y “nueva numancia por su ejemplo de resistencia (…) Creo que por su lucha en defensa de su soberanía, de su país, el pueblo de Cuba merece el premio de la dignidad”.
“Es ya inaceptable en la política de los últimos dos siglos, caracterizada por invasiones, para poner o quitar gobernantes al antojo de la superpotencia, digamos adiós a las imposiciones, las injerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos”
Señaló en una de sus conferencias matutinas.
Uno de los momentos más tensos ocurrió cuando el expresidente Vicente Fox (2000-2006) pidió a su homólogo cubano retirarse pronto de una cumbre de las Naciones Unidas sobre el Financiamiento al Desarrollo que se celebraba en Monterrey, a la que también asistiría el presidente estadounidense George W. Bush.
Según un audio revelado después por el propio gobierno cubano, Fox le dijo a Castro “Oye, Fidel, de cualquier manera, está la invitación a que me acompañes a la comida, que eso sería como a la 1:00 de la tarde ó 1:30 y acabando de comer, entonces puedes salir”.
Castro reveló el audio al llegar a su país, lo que causó un gran revuelo por el famoso “comes y te vas” y una pausa en las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Vicente Fox cambió durante su gobierno la postura tradicional mexicana de apoyo a Cuba en foros internacionales, lo que generó críticas de Fidel Castro, quien lo acusó de arrodillarse ante “el imperio” estadounidense.