Kimberly Clark de México (KCM), propiedad de Claudio X. González Laporte, junto con otras dos empresas, manipuló durante seis años los precios de pañales para bebé, productos para la gestión menstrual y para la incontinencia, lo que generó un daño de miles de millones de pesos al mercado. Todo ocurrió en completo secreto, ya que sabían de la ilegalidad de esos actos, revela una investigación de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
La colusión entre estas empresas ocurrió de 2008 a 2014, es decir, durante las administraciones de Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018). Los implicados fueron Kimberly Clark de México, Productos Internacionales Mabe y Essity Higiene y Salud México. Fue hasta 2017 que la Cofece inició la investigación sobre el comportamiento irregular de este mercado y en octubre anunció una multa por 313 millones 473 mil pesos —la máxima posible— a tres empresas y nueve personas físicas por incurrir en prácticas monopólicas absolutas.
La empresa que participó en todas estas prácticas fue Kimberly Clark de México, propiedad del empresario Claudio X. González Laporte, padre del también empresario y autodenominado “filántropo”, Claudio X. González Guajardo, promotor de la alianza Va Por México, que aglutina al PRI, PAN y PRD.
Desde 2008 y hasta 2014, KCM realizó reuniones secretas con otras empresas para arreglar los precios de esos productos, algunos considerados como de consumo básico, según se desprende de la misma indagatoria.
Incluso incurrió en esas prácticas aun cuando fue beneficiaria con 36 millones de pesos provenientes del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) mediante el Programa de Estímulos a la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación (Innovatec) en el Gobierno de Calderón, como consignó SinEmbargo.
La investigación de la Cofece detectó que durante esos seis años, estas empresas celebraron reuniones para intercambiar información y ahí acordar incrementos de precios de los productos o la eliminación de promociones; monitorearon los precios establecidos y reclamaron desviaciones a lo pactado.
Los productos y marcas involucradas son Saba (toallas sanitarias) y Tena (pañales para adulto) propiedad de Essity; BioBaby (pañales), Fiore (toallas) y Affective (pañales para adulto) que pertenecen a Productos Internacionales Mabe y Huggies, Kleen Bebé, PullUps (pañales de bebé), Kotex (toallas) y Depend y Diapro (pañales para adulto) todas estas marcas, propiedad de Kimberly Clark.
Hay correos electrónicos y llamadas telefónicas, en poder de la autoridad de Competencia Económica, que muestran la comunicación que establecieron con estos fines y en los que se encontró que los implicados sabían de la importancia de mantener en secreto sus comunicaciones. La secrecía fue catalogada como “vital”, ya que —refiere el expediente de la investigación— “se observó que las personas conocían la ilegalidad de sus actos”.
La Comisión detectó actos de colusión para acordar los precios de pañales para bebé y productos para la incontinencia. La empresa de Claudio X. González Laporte cometió estos actos desde febrero de 2008 hasta junio de 2014. En estos participaron KCM, Productos Internacionales y Essity México.
Para el caso de los productos de protección sanitaria femenina, la práctica ocurrió de septiembre de 2011 hasta junio de 2014 y participaron, de nueva cuenta, KCM y Essity México.
Los cálculos de la Cofece estiman que esas prácticas provocaron un daño aproximado de mil 567 millones 36 mil 589 pesos en el mercado involucrado, razón por la que se impusieron las multas máximas posibles de acuerdo con la ley de competencia aplicable.
“La conducta es grave considerando que fue prolongada y afectó las condiciones de abasto de productos muy importantes para la salud e higiene de las familias mexicanas”.